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Odisea: ¿La vida sin internet es posible?

Y finalmente fueron cinco días.

Para quienes no lo sabían, que son realmente la mayoría de quienes visitan este blog, les comento que desde el viernes a las 21 horas hasta el momento en que escribo esta líneas estuve sin internet.
Como verán, el corte afectó absolutamente todo mi fin de semana, ya que llegué de trabajar el viernes y en menos de media hora ya estaba offline.

A principios del siglo XXI uno ya está acostumbrado a convivir e interactuar con el mundo a través de la internet. Y tan acostumbrados estamos (principalmente los que tenemos banda ancha) que no nos imaginamos estar cinco días sin ella.
Para muchas personas sonará exagerado. «Cinco días no es nada», «Se pasan volando», «¿Cómo vas a depender tanto de internet?», etc, etc. Pero sé que hay muchos que me entienden y que comparten mi pensamiento de que cinco días es mucho tiempo para esto.

Si alguien me preguntaba cómo reaccionaría ante este hecho, muy probablemente hubiese dicho algo muy distinto a lo que realmente sucedió. Y lo que sucedió fue lo siguiente:
En el momento del corte, de más está decirlo, estaba utilizando la PC. Y lejos de enojarme y putear a los cuatro vientos, me relajé, cené y luego vi «Vicious Circle», el último espectáculo de Dane Cook, y «Complaints and Grievances» de George Carlin; que terminaron a eso de la 1 y me fui a dormir viendo TV con la esperanza de reencontrarme con la World Wide Web al despertar -aunque más que esperanza era certeza, ya que creía que era una caída del proveedor de internet y no un problema personal mío como después me enteré-.
Cuando me levanté la mañana siguiente probé y seguía sin tener internet, entonces bajé, desayuné y leí el diario como siempre y luego llamé al ISP y me enteré que ellos no habían tenido ningún problema y que aparentemente era un error en la línea de teléfono, y, por ende, le correspondía arreglarlo a Telefónica, pero que ellos le pasaban el reclamo y el martes habría noticias, ya que el fin de semana la empresa española no trabaja (al menos el área correspondiente a estos problemas).
Aún sin hacerme problemas seguí mi día normalmente. Día que dediqué principalmente a estudiar, aunque antes de meterme de lleno en el estudio salimos, con la familia, a almorzar cerca de casa.
Este paso podría pasar desapercibido, de no ser porque en el restaurant nos encontramos con el gran Amadeo Carrizo, sentado en la mesa de enfrente. Incluso charlamos un buen rato de mesa a mesa sobre River y demás temas.
Un orgullo haber compartido una conversación con el gran Amadeo, a la vez que veía gente de todas las edades acercársele para saludarlo. Un grande.
Para quienes no lo conozcan, Amadeo Raúl Carrizo fue arquero de River y de la selección. Tiene actualmente 80 años y es considerado, por muchos, el mejor arquero argentino de la historia.

Luego volvimos a casa, donde me centré finalmente en el estudio; estuve con los libros varias horas hasta que vino Lau, a la nochecita.
El día siguiente empezó también sin internet. Y nuevamente lo dediqué principalmente al estudio. Aunque esta vez acompañado por Lau.
Un poquito a la mañana, luego almorzamos, estudiamos un poquito más en el patio, bajo el hermoso sol del Domingo, y cuando amagó a llover, entramos.

Ya a eso de las 20 vino lo revolucionario del fin de semana, acto que obviamente no voy a contar por aquí para no arruinarle la sorpresa a quienes no lo saben.
Así que sacando eso de lado, el día terminó con la cena, fútbol de primera y a dormir que el lunes arranca otra semana.

Y la semana arrancó como todas. Tanto el lunes como el martes y el miércoles, muy cargada en horarios, por lo que se pudo disimular la falta de internet. Sobre todo porque entraba de tanto en tanto desde la facultad y desde el laburo.

Tal como prometieron, el martes hubo novedades: me dijeron que iban a venir a casa los de Telefónica para ver la línea, cosa que me aterraba, ya que yo no iba a estar presente para ver los desastres que hacían.
Al fin, hoy miércoles, vinieron, arreglaron un problemilla en un cable e internet volvió. Y ahí terminó la odisea de los cinco días sin internet.

Al fin y al cabo no era tan grave.

Categorías: Internet, Personal

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8 Comentarios

  1. Cuantos detalles!!! jaja
    El domingo de nuevo Solcis!!! Espero que haga algo de efecto esta vez… me llevo la malla!!! :^), ya quiero verano :$
    Besiiii


  2. SANDRO AMANCIO
    16/09/2008, 14:45

    Dice el dicho ancestral que de amor nadie se muere. Igual ocurre con ciertas adicciones. La prueba anterior pone en evidencia que desconectarse de internet da tiempo y lugar para otras cosas. De no ser por las tantas horas al frente del PC, muchos, no todos, seguramente la gran mayoría, aprovecharían mejor el tiempo: en un buen libro, una buena película, volver a departir con la familia, en hacer una obra de caridad, en reflexionar, contemplar la naturaleza, hacer deporte, aprender alguna práctica nueva, y mil cosas. ¡Mil y mil! ¿Qué hacen los presos? ¿Los secuestrados? ¿Los reducidos a una cama? ¿Los empleados (as) de un call center? ¿Los soldados y policías y otros oficios de permanecer en guardia? ¿Los camioneros sentenciados a distancias kilométricas? ¿Los habitantes de las Islas Fijii? ¿Los marineros? ¿Los náufragos? ¿Los caminantes? ¿Los exploradores? ¿Los pilotos de avión? ¿Los ancianos? ¿Los invidentes? ¿Los que cuidan las fronteras? ¿Los trotamundos? ¿Los perdidos? ¿Los desaparecidos? ¿Los poetas? ¿Los montañistas? ¿Los empleados de las casas fúnebres? ¿El personal de las salas de urgencias? ¿Los buscadores de tesoros en el mar? ¿Los pescadores? ¿Los analfabetas? ¿Los cazadores de ovnis? ¿Los integrantes de las orquestas sinfónicas? ¿Las trabajadoras sexuales? ¿Los funcionarios de aduanas? ¿Los operadores de radar? ¿Las monjas? ¿Los anacoretas? ¿Los conductores de ambulancia? ¿Los maquinistas del tren trasandino? ¿Los indígenas? ¿Los corredores de bolsa? ¿Las amas de casa? ¿Los responsables de los asilos? ¿Las operadoras de larga distancia? ¿Los monjes budistas? Por siglos, la humanidad vivió sin internet, y aún así proliferaron las ciencias, las humanidades y las artes. ¡Por supuesto que la web es una herramienta indispensable! Pero tampoco es para morirse de tedio…


  3. SANDRO AMANCIO
    16/09/2008, 14:48

    Dice el dicho ancestral que de amor nadie se muere. Igual ocurre con ciertas adicciones. La prueba anterior pone en evidencia que desconectarse de internet da tiempo y lugar para otras cosas. De no ser por las tantas horas al frente del PC, muchos, no todos, seguramente la gran mayoría, aprovecharían mejor el tiempo: en un buen libro, una buena película, volver a departir con la familia, en hacer una obra de caridad, en reflexionar, contemplar la naturaleza, hacer deporte, aprender alguna práctica nueva, y mil cosas. ¡Mil y mil! ¿Qué hacen los presos? ¿Los secuestrados? ¿Los reducidos a una cama? ¿Los empleados (as) de un call center? ¿Los soldados y policías y otros oficios de permanecer en guardia? ¿Los camioneros sentenciados a distancias kilométricas? ¿Los habitantes de las Islas Fijii? ¿Los marineros? ¿Los náufragos? ¿Los caminantes? ¿Los exploradores? ¿Los pilotos de avión? ¿Los ancianos? ¿Los invidentes? ¿Los que cuidan las fronteras? ¿Los trotamundos? ¿Los perdidos? ¿Los desaparecidos? ¿Los poetas? ¿Los montañistas? ¿Los empleados de las casas fúnebres? ¿El personal de las salas de urgencias? ¿Los buscadores de tesoros en el mar? ¿Los pescadores? ¿Los analfabetas? ¿Los cazadores de ovnis? ¿Los integrantes de las orquestas sinfónicas? ¿Las trabajadoras sexuales? ¿Los funcionarios de aduanas? ¿Los operadores de radar? ¿Los indigentes? ¿Las monjas? ¿Los anacoretas? ¿Los conductores de ambulancia? ¿Los maquinistas del tren trasandino? ¿Los indígenas? ¿Los corredores de bolsa? ¿Los habitantes de la calle? ¿Las amas de casa? ¿Los responsables de los asilos? ¿Las operadoras de larga distancia? ¿Los monjes budistas? ¿Los guardianes de las cárceles? ¿Los vigías de los faros? Por siglos, la humanidad vivió sin internet, y aún así proliferaron y se desarrollaron las ciencias, las humanidades y las artes. ¡Por supuesto que la web es una herramienta indispensable! Pero tampoco es para morirse de tedio… ¡Tampoco!

  4. Asunto: ¿DÓNDE QUEDA SAAVEDRA? Tremendo gol le han marcado a quienes creen sobre la supuesta equivocación del mapa de Google en cuanto a la población de Saavedra. En efecto, sí, hay una localidad del mismo nombre en Santa Fe, Argentina. Sin embargo, el gráfico que se presenta en un link de este blog, haciendo creer que el sistema Google se equivoca, corresponde a RUA DE SAAVEDRA, en un pueblo llamado San Luis, Estado de Matto Grosso, Brasil. ¡Eso es correcto! Y la «A» que aparece en el globito indicador de la posición, no corresponde a Argentina, sino a la nomenclatura de los mapas de Google para indicar un sitio específico. Sería prudente que aclararan ese error. Saludos.


  5. Hans Schnellinger
    12/05/2009, 12:54

    ❗ De veras, este es un debate inocuo promovido precisamente por el ocio de la gente, gran parte de ella aplastada frente a un PC. Por aquellos cuyo horizonte no va más allá de la pantalla de la computadora. Más les valiera dedicarse a una obra social, a una causa por los pobres, por los desvalidos. Les sugiero dejar la vagancia, la pachorra y todo lo que se les parezca. Si bien Internet es una herramienta valiosa, indispensable en la vida moderna, tambièn es cierto que constituye la perdición de muchos jovencitos dedicados a la pernicia, a la nadería, etc. Son muchos de ellos los que desde el mismo 2 de enero suelen dar por perdido cada año: «Ya no se hizo nada…», comentan, desgonzados sobre un sofá, mientras aguardan a que la madre o el padre les alcancen una soda para mitigar la resaca de los meses anteriores cuando, ¡por supuesto!, lo único que hicieron fue hacer nada. Y así por los siglos de los siglos…

  6. ¿La vida sin Internet? ¡Muy sencilla! Igual a como fue por muchos siglos. Con la gente en otro cuento. Sin tanto desocupado rascándose las intimidades inferiores o sacándose sedimentos non sanctos entre los pliegues por donde desfoga el aparato excretor. Sí. Seguramente como suele hacerlo el autor de la pregunta. Espero que hayan comprendido mis razones, pues yo también pasé por esas, es decir, también en mis ratos de pereza me dediqué inclusive a contarme los pelitos púbicos. Llegué a contar hasta… ¡12.915! En verdad, no había nada más que hacer! Hoy ya no lo practico, pues para eso existen cremas depilatorias y otros métodos más eficaces.

  7. 😯 me traumaron los pelitos púbicos, yo la verdad no tengo tiempo de contármelos jajaja.. y cuando estoy por hacerlo, desaparecen! jaja…
    no me imagino sin Internet.. bah, sí.. sería Rocío viendo tele o.. mirando al techo. jjajaj

    me fui! =)


  8. Jorge Solari
    16/06/2009, 19:42

    Es cierto lo que dice Jenny. La vida sin internet es perfectamente posible. ¿Cómo hacen los equimales? ¿Y los indios sioux? ¿Y los que viven en las alturas, como los pilotos? Lo mismo que la viuda: ¡a dormir sola despuès de tantos años, salvo que sea una viuda alegre! Bien por Jenny. Lo que puedo presagiar es que la chica es bastante peluda en la concha. En fin, eso tiene su encanto, de veras. Sobre todo con unos panties semitransparentes,,, ¡Mejor dicho! En cambio, las mujeres afeitadas parecen muñecas inflables. ¡Qué pereza!