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Una Destructiva Superstición, Bien Argentina

Texto de Marcelo A. Moreno, publicado en el diario Clarín del día de la fecha; con el que estoy muy de acuerdo, sobre todo porque tengo varias personas a mi alrededor que creen en esto.

Hay que ponerle huevo!

Y… ¡si no le metés pilas!

—La clave es la actitud.

¡Dale! ¡Ponele buena onda!

Una reluciente superstición argentina, que se extiende cada vez más de las manos tan disímiles del fútbol, la new age y los libros de autoayuda, tiene a predicar que la pura voluntad es un pasaporte seguro para el éxito.

Se trata de una especie de concepción bilardista de la vida: si se tienen ganas, si uno se rompe el alma por un objetivo, aunque sea un bruto, indefectiblemente lo logra.

Según esta concepción propia del pensamiento mágico, las cosas suceden con sólo querer que ocurran; eso sí, querer con fuerza, con fé y convencimiento y con un entusiasta espíritu de sacrificio para que se produzcan.

Seguramente resulta difícil sino imposible lograr un objetivo si se lo busca con apatía, con neglicencia, con profundo escepticismo o con indiferencia. Pero esto no significa lo contrario: que si uno de le pone muchas ganas a una labor, ésta consiga patente de éxito.

Para irnos a los extremos: Miguel Angel no pintó la Capilla Sixtina munido únicamente de una gran obstinación; Napoleón no arrolló a los ejércitos de Europa sólo con ganas; el hombre no llegó a la Luna porque los técnicos de la NASA pusieron huevo.

Hace unos días le preguntaron a Yelena Isinbayeva, la bellísima rusa que es campeona mundial de salto con garrocha, qué la diferencia de sus competidoras. Desde luego, no se refirió a su tozudez en entrenarse sino a la calidad de su entrenamiento. Y después afirmó: «La diferencia es técnica. Incluso sin ser veloz en la carrera, incluso sin ser muy fuerte, puedes saltar alto. Yo siento que soy la más fuerte y rápida, pero la principal diferencia es la técnica».

La atleta llama técnica al saber. Y sin duda la civilización se construyó y se construye, día a día, mucho más con conocimiento articulado que con buena voluntad.

«Hay exaltados sin capacidad, y son ellos la gente verdaderamente peligrosa», escribió, en el siglo XVIII, el filósofo alemán Georg Christoph Lichtenberg.

Y el riesgo de ese voluntarismo acecha cotidianamente. La zonas más trágicas de la historia argentina no podrían explicarse sin este elemento tan candoroso como devastador.

Categorías: Personal, Sociedad

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4 Comentarios

  1. Para mi el entusiasmo juega un papel fundamental a la hora de alcanzar una meta. Muchas veces en el estudio cuando menos fuerza tenía y las cosas no salían, decidí ponerle huevo simplemente pensando de manera optimista y pude salir del mal trago. Quizás es malo basarse únicamente en el «poner huevo» (si bien el término es bastante tribunero) no creo que sea malo el esforzarse con confianza, aun dejando de lado la otro tipo de recursos, para alcanzar un objetivo.

  2. No, con eso estoy de acuerdo, por eso me gusta la parte donde dice «Seguramente resulta difícil, sino imposible, lograr un objetivo si se lo busca con apatía, con negligencia, con profundo escepticismo o con indiferencia. Pero esto no significa lo contrario: que si uno de le pone muchas ganas a una labor, ésta consiga patente de éxito.»; no hay que dejar de poner ganas, pero eso sólo no implica nada.
    Si vos salías de joda todos los días antes del parcial, pero después ibas con «buena onda» a rendir, igual te iba a ir mal si no estudiaste lo suficiente.

  3. Sigo pensando lo mismo que pensaba, y estoy parcialmente en desacuerdo con lo que dice este hombre que escribe.
    No hay que confundir a los que tienen una actitud positiva y son boludos, con los que tiene una actitud positiva y tambien sentido comun. Creo que los que sostienen esa idea ( o por lo menos eso espero, me considero dentro de ese grupo) de entusiasmo, ganas y como digo yo «energia positiva» tambien saben que para rendir un parcial hay que estudiar. Y aunque parezca magico, tambien hay gente sin talento y conocimiento, bastante mediocre que solo con «ponerle huevo» (que frase futbolera fea por dios!) consiguen lo que quieren y llegan muy alto, pero eso es otro tema.

  4. Bueno, veo que todos estamos de acuerdo con que «ponerle huevo» no fue una buena elección de frase. Para mí también suena horrible.
    Segundo, el muchacho, que para mí no escribe como alguien que lo hace para el diario de mayor tirada de latinoamérica, se enfoca exactamente en ese grupo al cuál vos decís no pertenecer, al que sólo tiene actitud positiva y nada más.

    Es obvio (además se deduce del fragmento que puse en el comment anterior) que, entre dos personas en la misma situación de conocimientos/experiencia (o lo que sea), tener una buena actitud es mejor que tener una mala.

    Pero creo que también está claro que el conocimiento/experiencia/etc es más importante que «las ganas».

    Si no entendí mal los comentarios, creo que los tres vemos las cosas de la misma forma, o al menos de una muy similar; sólo que yo creo menos en «las buenas ondas» o «energía positiva» o «actitud positiva» que ustedes.