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En vistas de que estamos en la semana de la Educación Vial y tras tomar consciencia después de todos los accidentes que se vienen dando en estos últimos tiempos, he decidido hacer un pequeño experimento; el cual consistió en respetar absolutamente todas las normas de tránsito que le corresponden al peatón, en un viaje de la oficina a la facultad.
Son pocas cuadras. Sólo 9. Por lo que no debería ser muy complicado. Además cumplir con las reglas es uno de nuestros deberes como ciudadanos, por lo que no habría que esforzarse por cumplirlas, sino que debería salir solo tras tantos años de experiencia; adquirida observando a la gente mayor. Pero, ¿es realmente así?.

Todos saben (sabemos) que en este país nos distinguimos por infringir las leyes de tránsito, tanto como peatones como al volante (o manubrio).

Yo, por esta corta experiencia, puedo afirmarlo sin lugar a dudas.
En menos de 1 KM, vi más de 100 infracciones de tránsito, entre motos, biciletas, autos, camiones, colectivos y peatones.
Entre ellas, las más comunes fueron:

• Autos y camiones: pisar la senda peatonal, no ceder el paso a los peatones al doblar, tirar basura por las ventanillas, ir en contramano (es muy común ver conductores hacer media cuadra por Belgrano en contramano, entre Chacabuco y Perú, para doblar en esta última) y más. La lista sigue.
• Colectivos y taxis: A estos integrantes del benemérito grupo Transporte Público se le pueden aplicar, además de todas las de los autos y camiones en general, la de parar en medio de la calle, tanto para hacer subir gente, como para hacerla bajar. Bloqueando toda la calle si es necesario.
• Motos y bicicletas: Este grupo no le teme a nada ni a nadie. Son capaces de hacer las cosas más extrañas que se te puedan ocurrir. Entre su repertorio habitual se encuentran: andar en contramano (ya sea en pasajes, calles o avenidas), cruzar en rojo deliberadamente y andar por la vereda.
• Peatones: Cruzar en rojo (el muñequito (que, para que sepan, se llama George) está en rojo. Y paradito, quieto), cruzar por el medio de la calle, tirar basura a la calle (y esto en el centro, donde hay, en promedio, 4 tachos de basura por cuadra), caminar por la calle en vez de la vereda, y también la lista sigue en este caso.

Y les recuerdo que no estoy listando todas las infracciones que conozco, simplemente son las que vi en esas 10 cuadras.

Como parte de la experiencia, también puedo remarcar que, si uno espera a que George se ponga en verde (o blanco, depende el caso) para cruzar, la gente que pasa lo mira de arriba a abajo como si fuese un extraño ser de otro planeta que no entiende que ese dispositivo sirve sólo para las viejas y personas con bebés. Aunque estas últimas no siempre lo respetan, y las primeras no siempre llegan a verlo.
Por otro lado puedo marcar que es muy difícil cruzar Paseo Colón «de una». Corta muy rápido el semáforo, y George se pone en rojo bastante tiempo antes de lo que yo estimaría necesario. Y no se puede cruzar «a lo largo» entre los boulevards; cosa que podría ahorrar tiempo, pero está prohibido.

Intenten alguna vez, en un recorrido de pocas calles, cumplir con todas las leyes. Van a ver que están más mal acostumbrados de lo que creen. Crucen por las sendas peatonales (siempre y cuando los autos los dejen), esperen el semáforo para cruzar (obviamente no hace falta esperarlo si no viene ningún auto a catorce kilómetros de distancia), crucen por las esquinas, no tiren papeles (u otros desechos) al piso. Cumplan las normas, y van a ver lo que se siente ser observado en cada esquina por la osadía de esperar en el cordón en vez de bajarse a la calle y esperar el momento exacto para correr y cruzar entre tres autos, dos colectivos, un cuatriciclo, dos cartoneros y nueve motoqueros (dos con Harley, tres delivery boys, tres cadetes y una moto de policía).
Eso sí, háganlo un día que tengan tiempo, porque esa caminata me suele demandar entre 5 y 10 minutos, y hoy me tomó poco más de 15.