El Mito C&A

Lo prometido es deuda, así que aquí estoy, escribiendo estas líneas, para contarles una historia que no puedo realmente decir si es verdad o es inventada. Todos creemos que es demasiado fantástica para ser verdad, pero es un mito que nació y perdurará por siempre y nunca se sabrá si es verdad o no.

Antes que nada quiero presentarles a quien, según la leyenda, fue la víctima del relato que pasaré a contarles en unos momentos.
Su nombre es Exequiel y es un simpático muchacho, recibido de técnico electrónico haces unos meses, con toda su vida por delante.
Ahora sí, luego de la presentación de nuestro protagonista, procedo a contarles la historia, con la esperanza de que ustedes también pueda difundirla para lograr así que este mito urbano crezca.

En una tarde en los comienzos del mes de Septiembre, tres jóvenes, entre los que se encontraba nuestro galán, iban caminando tranquilos por el Shopping Abasto, charlando de la vida, cuando una muchacha se les acercó, ofreciéndole la tarjeta de la famosa tienda C&A.

Dos la rechazaron, pero Exequiel, en lo que se supone un acto de bondad hacia la jóven, aceptó y subieron para hacer el famoso papeleo.
Completó unos papeles con todos los datos que se le pueden pedir a un ser humano, desde datos personales propios y de familiares hasta números de teléfonos de amigos y calidad en la cuál cobraba el sueldo (en blanco o en negro).
Después de completar todo lo que había que completar, le dijeron que debía aguardar un rato para que le hagan la tarjeta, que si quería que vaya a pasear un rato y que en unos minutos podía pasar a retirar sus documentos y la flamante tarjeta. Y así lo hizo.
Nuestros tres amigos pasearon por la zona y al rato volvieron, aunque esta vez el único que ingresó a la tienda fue Exe.

El tiempo pasaba. 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos. Los amigos, que lo esperaban en la puerta, se preocuparon y uno de ellos decidió entrar.
Sube al primer piso y se lleva una sorpresa al ver a Exe gritando y protestando contra una chica que se encontraba del otro lado del mostrador. Se acerca y ahí se entera del problema: Le habían hecho la tarjeta pero debía activarlacon una compra antes de irse, ya que si no, no le devolvían los documentos.

Conclusión: Exequiel tuvo que comprar un boxer.
Ahora tiene que pagar un boxer de $12,90 a, más o menos, $25 o $30, más los gastos administrativos por la tarjeta, que los tiene que abonar todos los meses.
Y los de C&A se quedaron con todos sus datos, los datos de la familia, los datos del lugar donde labura en negro, con los teléfono de algunos amigos, con el mail de Borde y un contrato con la firma estampada de Exequiel que nadie sabe qué dice.
Así que por lo que nosotros sabemos, le podría haber vendido su alma al Negro Pendorcho (o el nombre elegante que le pusieron para no tener problemas de índole racial: El Gurú de la Moda)

A continuación pueden apreciar una foto del hombre disfrutando junto a una señorita, en un lugar al que probablemente habrán ido con la plata de los intereses de los boxer que compraron todas las personas que fueron estafadas.


Como dije antes, espero que divulguen esta historia para tratar de lograr que este mito trascienda las fronteras argentinas.

Si quieren visitar el lugar del mito y no saben cómo llegar, acá les paso un mapita, que además de brindarte toda la información, te da chance de observar a Pendorcho aparecer constantemente por los costados.

Links de interés:
Fantástica parodia de La Internet Apesta
Página de C&A Argentina
Página de C&A

P.D: Rubens, sabés que te quiero, no te enojes =D (Acá vendría la animación del dedo mayor de su mano derecha elevándose sobre el resto).

C&A

Por ahora este logo es todo lo que voy a postear, porque es tarde y me tengo que ir a dormir. Pero en cuanto tenga tiempo, posiblemente mañana a la noche o ya el fin de semana, ampliaremos con todos los datos que cada dama y caballero de este país debe saber.

Steve Irwin [R.I.P]

Cuando termines de leer este post quiero que hagas un minuto de silencio por el hombre de la foto. No chatées, no navegues, no escuches música, nada. Un minuto de luto por El Cazador de Cocodrilos.
Si un minuto te parece mucho hacelo por 30 segundos. O sólo por 10. Pero se merece un reconocimiento.


Imagino que todos vieron alguna vez a este hombre, ya sea en Discovery Channel, Animal Planet o en una parte de una película o en un noticiero. Todos conocen al gran Steve Irwin. Es famoso por sus intrépidos documentales sobre todo tipo de animales salvajes.
Y para quienes no lo sepan, fue encontrado a las 11:30 de la mañana de ayer, 4 de Septiembre, muerto, debido a que la púa de una Raya venenosa le atravesó el pecho, justo en el corazón.
Agradecería que se guarden los comentarios del estilo: «Se lo merecía».

Ahora sí, hagan un rato de silencio por este famoso australiano.

2-1 – Los Gardelitos [Primera Fase]

Y arrancó nomás el Clausura 2006 en el Italiano.
La cosa empezó con la mala organización de siempre y con la ya famosa listita de ausentes. La cual paso a nombrarles: Nono, Ger, Bola, Tongas, Gabri y Manu. Aunque estos últimos dos ingresaron, lesionados, en el segundo tiempo.
Así, sólo con once jugadores, llegamos al campo para demostrar por qué habíamos salido segundos en el Apertura.

Cuando llegamos se estaba disputando otro encuentro, y cuando estaba por finalizar, en el cielo divisamos un nubarrón que nos miraba amenazante. Dos minutos después se confirmó esa amenaza.
Lentamente las gotas empezaron a caer. Era una lluvia tranquila pero constante. No podíamos empezar un torneo sin lluvia, pero por esto no era suficiente para suspender el partido; así que comenzamos a cambiarnos.
Estábamos poniéndonos las nuevas camisetas, listas para ser estrenadas, cuando un terrible viento empezó a volar todo. Pero fue un ráfaga de unos cinco minutos que no te permitía estar parado. Encima el frío ya era increíble a esa altura, nadie sentía los dedos (pobre July). Pero el viento cesó y nos dispusimos a jugar. Y, al fin, con una leve lluvia, comenzó el partido.
Como dije antes, éramos once justo, por lo que muchas opciones no había. El equipo formó así:

Y arrancamos mal. Qué mal que arrancamos.
Parecíamos un equipo que juega por primera vez junto en cancha de once. Todos medio desordenados, a las puteadas, perdiendo pelotas infantilmente; así fue el comienzo del partido. En el medio tratábamos de conectarnos, Lucho siempre la pedía, Guido siempre se mostraba para jugar por la izquierda, pero todo quedaba ahí. No podíamos dominarla y no podíamos hacérsela llegar limpia a los delanteros. Y si alguna les llegaba, ellos no podían hacer nada contra la numerosa defensa rival.

Y así transcurría el primer tiempo, cuando un tiro libre desde la mitad de la cancha, que no suponía ningún riesgo, originó la apertura del marcador.
Ejecutaron el tiro libre con un pase, por el medio de todo el mundo, hacia el área, donde quedaron, increíblemente, tres contra tres. El delantero se abrió un poco, encaró a July, y cuando éste le salía, la punteó muy bien al segundo palo.
Estábamos jugando mal y estábamos perdiendo. No era el mejor arranque del torneo, y no era el mejor debut para la camiseta. La naranja pedía a gritos ser restituída.

Las puteadas entre compañeros se sucedieron hasta el entretiempo, cuando estallaron todos y se vio algo irreconocible en nuestro banco: todos puteándose de arriba a abajo por el pobre desempeño dentro del campo de juego.
El siempre optimista y siempre lesionado Nono tiró una frase que a muchos se les pudo cruzar en ese momento: «Esto es como Argentina, el primer tiempo uno a cero y ahora nos hacen los otros dos».

Y como si eso fuera poco, el muchacho que se encarga de traer el agua (eso es todo lo que hace), estaba sentado, bien abrigadito, al resguardo del frío, frente a un bidón vacío; por lo que Corra, después de insultarlo un ratito, tuvo que ir a buscar agua para todos.

Con el objetivo de revertir el resultado adverso, el técnico Emilio no tuvo más remedio que hacer ingresar a dos lesionados que a priori no estaban para jugar: Manu y Gabri.
Arrancó el segundo tiempo. No parecía que la cosa fuera a mejorar, pero ni bien empezó ya se delineaban las formas de jugar de cada equipo. Los Gardelitos ya no atacaba más y nosotros íbamos en busca del empate. Sin muchas ideas, pero allá íbamos.

Pusieron varios jugadores dentro del área y, sin Ger, nuestros remates de larga distancia no rendían frutos. Teníamos la pelota, pero no podíamos lastimar; hasta que un tiro libre nos dio el tan ansiado empate.
Cuando todos se quejaban porque nuestro jugador más alto, en vez de ir a cabecear, iba a ejecutar el tiro libre, Jony los calló a todos con un remate que se le coló por el segundo palo al arquero.
Uno a uno. Empate y a jugar más tranquilos.
El dominio de pelota era igual que antes del gol. Nosotros la teníamos, ellos pensaban más en defender que en atacar, solamente dejaban uno o dos jugadores para un ataque aislado, pero cada vez que querían atacar, todo quedaba en el medio o en los pies de los defensores.

Unos minutos después del gol, Guido se acalambró ambas piernas y tuvo que ser reemplazado por Corra.
Seguimos intentando hasta que al fin se nos dio. Y se le dio al goleador que no estaba teniendo una buena tarde/noche.
Corra agarró un rebote, trasladó la pelota unos metros, vio a Savio solo, se la puso entre líneas y el goleador no falló, con una media vuelta selló el 2 a 1.
Con la ventaja consumada hicimos dominio de pelota, aunque sin lograr profundizar.

Todo parecía tranquilo, hasta que el juez dejó jugar a dos delanteros que estaban claramente en offside. Los dos quedaron de cara a July y al gol. Parecía que nadie llegaba, pero corriendo desde atrás Piacqua logró desestabilizar al que tenía el balón, se lo arrebató y les arruinó una clara jugada de gol.
Para finalizar, la última chance peligrosa fue nuevamente para ellos: un delantero quedó solo frente a nuestro arquero quien, junto a varios defensores, lo atoró muy bien y lo forzó a patear incómodo. Su remate pegó en el lateral de la red y se terminaba la ilusión de Los Gardelitos. El partido ya tenía el 2-1 sentenciado. Y así fue.

No jugamos bien, es verdad, pero ganamos. Y es famoso el dicho que reza: Cuando no se juega bien, es importante ganar. Ya para el próximo partido nos tendremos que preocupar por mejorar el juego, porque de esta forma vamos a perder más de lo que podamos llegar a ganar.

Chiste

Muy buen chiste gráfico de Nik. Sacando la parte de San Lorenzo, es la situación que vivimos todos los argentinos que amamos el deporte. Todos los tenistas afuera del último Grand Slam del año. La selección de básquet, si bien hizo un tremendo torneo, quedó a un paso. La selección de fútbol, no nos pudo dar una alegría. Todo mal con el deporte. No es nuestro año aparentemente.

Saludos para todos.

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