Fepe55

Hace cuánto tiempo que no pongo algo de esta chica, vamos a tratar de no perder la costumbre. Esta vez les quiero dejar una entrevista que le hicieron en el diario La Nación. Salió en el diario de hoy y estuvo a cargo de Alicia Petti.

Al Aire Soy Como Con Mis Amigas

Fresca y sin filtros, Julieta Pink acompaña a Sebastián Wainraich en Metro y medio.

De lunes a viernes, de 18 a 21, por Metro (FM 95.1), Sebastián Wainraich y Julieta Pink conducen Metro y medio , un espacio en el que la actualidad, el ingenio y el buen humor se combinan. Julieta Rosales -de allí el apodo de «Pink»- cuenta cómo su vocación desde muy pequeña llegó a concretarse rápidamente.

– Tenés nueve años de trayectoria aun con tus 27 de edad.
– Tuve mucha suerte y fue azaroso el arranque. Siempre supe que quería ser locutora. Toda mi infancia fue la radio; grababa, pisaba los temas, hacía jingles. Jugaba a la radio y nunca dudé de lo que quería ser.

– ¿De dónde viene eso?
– No sé. En mi casa se escuchaba mucha radio, pero también mucha música. Lo que yo quería era anunciar temas y ser parte de ese mundo, pero no recuerdo que me lo haya inspirado nadie. Así que terminé quinto año y mientras esperaba el examen del ISER, me encontré con un aviso de Cuatro Cabezas para voces jóvenes. Llegué tardísimo al casting, pero una compañera me ofreció su número para el día siguiente. Y con ese número di la prueba con Marcelo Motto [que sería luego el director de X4]. Yo tenía un programa en FM, en Caseros, así que en el casting hice lo mismo que en el programa y aprobé. Fui a la segunda instancia, la prueba la tomaba Pergolini y también pasé, así que fui del secundario a Cuatro Cabezas con un sueldo que a esa edad no podía creer. En noviembre de 2000 nacía X4 y me tocó ser la que abrió la radio.

– ¿Y te recibiste de locutora?
– Sin ningún inconveniente. Me recibí en 2003, en el Cosal, y seguí durante años haciendo todos los roles en X4. Después desembarcó allí Sebastián Wainraich, en un programa de la mañana. El director lo llamó para un nuevo ciclo y le dijo que yo sería su coé quipier, pero aunque él se negó porque yo era muy chica, Motto insistió. Fue otro golpe de suerte. Empezamos al aire con Wanna Be y, antes de arrancar el primer programa, nos juntamos a ver qué hacíamos. «Seamos un matrimonio en los medios, como Mónica y César», propusimos. Salíamos del formato tradicional porque actuábamos y nos divertíamos muchísimo. A fin de 2006 me fui para conducir con él Metro Y Medio, en Metro.

– ¿Qué es Metro Y Medio?
– La artística dice: «Un programa de radio». Tiene noticias, secciones. Pablo Fábregas, que fue el primer productor del ciclo, es un profesional que trabajó en muchas radios, conoce climas y tiempos. No tenemos bloques más largos de lo que el oído del oyente puede resistir. Y Sebastián y yo hemos logrado una gran empatía y conocimiento mutuo. El me eligió como coconductora, es muy generoso con todo el equipo, te da oportunidades para que crezcas, para que te luzcas. Y como reconocimiento en 2007, recibí dos premios Eter, uno como revelación y otro como mejor conducción femenina en FM.

– ¿Qué hacés en Metro Y Medio?
– Como si estuviera escuchando en mi casa, comento lo que quiero, sin filtro. No me hago la payasa, soy así en mi vida. Lo que descubrí desde que hago radio con Seba es que al aire soy como con mis amigas.

– Contame sobre las secciones del programa
– Los lunes está «El club del inútil», en el que Pablo le hace un multiple choice a Sebastián, y la gente llama para contar en qué cosa es inútil. Los martes está Peto Menahem, con «El club de antiayuda», una exageración de cómo evitamos diariamente la felicidad con nuestras decisiones. Los miércoles, «Gorda con helado», es un personaje que hago yo, una burla a los consultorios sentimentales, pero acá es por e-mail. Y yo estoy con dos kilos de helado de verdad y mientras como, contesto. Los jueves, Peto hace «La mirada boba», un desarrollo humorístico de algo que le llamó la atención. Los viernes, Pablo Fábregas habla de la mafia italiana.

– ¿Cómo reacciona la audiencia?
– Creo que nos toma como a un grupo de amigos. Yo juego mucho en la mesa con una figura de tía, uso frases de mi mamá o de otros familiares, como: «Lavá la manzana con las dos manos». Me encanta la casa y revalido esas diferentes labores femeninas del hogar.