Fepe55

Quienes me conozcan sabrán que siempre me he jactado de ser la persona con más incidentes con colectivos. En mi historial figuran cosas la máquina rompiéndose cuando pongo una moneda de un peso y no sólo no me da vuelto sino que tampoco me da boleto. Y después sube el guarda (el famoso chochán) y me quiere hacer bajar porque no me cree y el chofer no se acuerda de mí.
Tengo clásicas, como el corte de calle por piquete, la máquina sin cambio, el aire acondicionado no funcionando en el diferencial, etc.
Y si de diferenciales se trata, recuerdo haber estado arriba de uno de la línea 146 cuando un flaco borracho intentó subir y el chofer, ayudado por un pasajero, logró bajarlo.
He estado tres veces en colectivos que chocaron, he viajado colgado de la puerta sin pagar boleto por cuarenta y cinco minutos debido a la cantidad de gente que había, y muchas más que ahora no me vienen a la memoria.
Y siempre que lo comento, la gente, incrédula, suele concordar conmigo en esto de ser la persona con más problemas relacionados a este medio de transporte.
Pero algo me dejó sin dormir últimamente. Y fue la gente que iba por la vida comentando que el granizo la había agarrado en un bondi.
Entonces me agarró la duda: ¿Seguiré ostentando el primer lugar? ¿O estas personas tomarían ahora mi sitio?.
Los días pasaban y no podía llegar a una conclusión, hasta que una señal divina me hizo saber que nadie me podía desplazar.

Hoy salí antes del trabajo para estar con mis hermanos, quienes estaban solos en casa porque mis viejos llevaron a mi hermana a San Miguel para someterse a una operación.
Mientras estaba totalmente compenetrado en el penúltimo capítulo de Camel Club, noto que hay conmoción en la calle y que el colectivo no avanzaba. Entonces asomo mi cabeza por la ventana y lo veo. Ahí, en medio de Campichuelo y Díaz Velez, un helicóptero bloqueaba nuestro paso.

Esto fue lo que me dio la pauta. Fue la señal divina, nadie podrá jamás igualarme, por más granizo que hayan vivido debajo del techo de un colectivo.

¡Felicitaciones Técnico Corrales!

Eso es todo el post. Quería felicitarlo nomás, no todos los días uno conoce a un técnico electrónico.
Un orgullo conocerlo. (Ya no sé si puedo tutearlo, así que por las dudas no lo hago).

Quiero utilizar este medio para enviarle una sugerencia a los vendedores de paragüas: No vendan su producto a personas de altura menor al metro sesenta.

¿Y por qué es esto? Porque estoy cansado de los golpecitos en el pecho propinados por las puntas de los paragüas de personas de escasa estatura.
Ya bastante tengo con los paragüas en general, tengo que agacharme, esquivarlos y mojarme más por su culpa, pero al menos esos no lastiman físicamente.

Esto de los días de lluvia me exaspera. La gente sale a la calle con la sombrilla y como si semejante aparatejo no fuese suficiente, caminan por abajo de los techos y cuando uno viene caminando lo obligan a moverse y empaparse por completo.
Debe ser porque no quieren que se les moje el paragüas. Digo la sombrilla; sino se les puede desteñir y una sombrilla desteñida no es nada top en la playa en verano.

Agregué un Guestmap al blog.

¿Qué es un guestmap? Como la traducción literal lo dice, es un mapa para invitados.

¿Cómo funciona? Fácil. Se ingresa haciendo click en el botón que aparece abajo de todo de la barra que está acá a la derecha de donde escribo estas líneas (ver foto al pie del post).
Una vez dentro, se observa un mapa. Haciendo click en cualquier lugar del mundo se abre un menú donde se puede ingresar un apodo, un mensaje y elegir un ícono. Y ya está. Se apreta aceptar y el ícono que seleccionaron aparece en el lugar del mundo donde hicieron click.
Quien pase el mouse por encima de ese ícono, verá su nombre y el mensaje dejado.

Es una forma extraña de tener algo similar a un libro de visitas. Lo vi y me gustó, así que ahí está. Entren y dejen sus comentarios.

Finalmente llegó. Después de muchas semanas sin poder jugar debido a lluvia, suspensiones, equipos echados, fechas libres y demás, tuvimos la chance de volver a jugar en el Italiano.

Todo estaba dispuesto para que juguemos los cuartos de final. No veníamos bien porque Savio -uno de nuestros goleadores-, Tongas y el Nono no jugaban, pero después de tanto tiempo de inactividad, teníamos ganas de jugar.
Además era el primer partido en los cuales el que pierde, se va para su casa. A esta altura no se puede estar desconcentrado.

Y así llegamos al Italiano, y antes de arrancar el partido las cosas empeoraban. Primero nos enteramos que July, el único arquero que tenemos, se tenía que ir temprano, por lo que era posible que no completase el partido y nos obligara a utilizar un arquero improvisado. Después, quien les habla, se dio cuenta que se había olvidado el botinero en la casa de Gabri, por lo que el gran PF Nachito tuvo que salir disparado para buscarlos acompañado por Puchy(¡¡¡GRACIAS!!!).
Entonces tuve que arrancar en el banco esperando los botines.

Y así arrancó el partido.
Lo primero que notamos era que el otro equipo tenía sólo 10 jugadores. Y aprovechando esa diferencia y la desconcentración con la que entró el rival, Bola convirtió un gol antes de los cinco minutos. 1 a 0 arriba.
Sabiendo que, debido a nuestra gran performance en los grupos, incluso con el empate clasificábamos nosotros, Huesito tuvo que salir a hacer dos goles, y justo ahí llegó su jugador número 11, pero unos minutos después se lesionó un defensor y como no tenían suplentes, volvieron a jugar con diez hombres.
Esta inferioridad no se sintió ya que salieron con todo a empatar. Nos bombardearon con centros desde el corner, por tiros libres, o con jugadas. Los defensores despejaban todo lo que les pasaba cerca, incluso Bobi sacó una pelota en la línea.
Este ataque incesante hizo que July tomara protagonismo y se convirtiera en la figura del partido sacando dos tiros libres increíbles.
Mientras tanto, yo seguía esperando los botines, y junto a Guido y Piacqua esperábamos el minuto 20 para ingresar (sabiendo que mis botines ya iban a estar para ese entonces).

Finalmente Nachito y Puchy llegaron con mis botines cuando transcurría el minuto 15 aproximadamente. Me los calcé y junto con Guido ingresamos 5 minutos después por Gabri y Corra.
Apenas tocamos la pelota un par de veces, porque en un contragolpe, uno de los delanteros de Huesito quedó sólo frente a July. Lo intentó eludir tirando la pelota larga por la derecha y July lo cruzó, sin falta. El delantero se zambulló en el área esperando que el juez le cobre el penal, cosa que no sucedió. Acto seguido se produjo las famosas quejas por un penal no cobrado, pero esta vez al delantero se le fue la mano, y el hombre de negro lo expulsó correctamente.
Esto dejaba al equipo con dos menos y en una situación totalmente desfavorable, por lo que los jugadores no se lo mancaron y fueron a increpar al árbitro. Entre tanta discusión saltó un puñetazo y ahí se armó el escándalo. Todo el equipo intentaba golpear al árbitro, por lo que los jueces de línea tuvieron que meterse. En el tumulto cayó un golpe sobre uno de los asistentes, quien se enojó y en vez de actuar como un profesional y mantener la calma, fue a apurar a quien le propinó el golpe. Lo que ocasionó más despelote, e incluso le robaron el banderín.
A todo esto nosotros estábamos afuera esperando para ver qué sucedía, aunque era más que obvio que el partido no iba a seguir. Iban menos de 30 minutos y nuevamente nos quedábamos sin fútbol.

Varios minutos después, seguían discutiendo mientras nosotros nos cambiábamos para irnos a nuestras casas más temprano de lo pensado.

Luego de quedar libres, de haber ido hasta el Italiano y que nuestro rival no se presente, de no jugar por lluvia, de no jugar porque los organizadores se tomaron vacaciones y de no jugar porque echaron del torneo a nuestros rivales, creíamos que ya nada más nos podía suceder. Pero se ve que estábamos equivocados. Nos faltaba esto.

Algo positivo que se puede sacar de todo esto es que ya estamos en las semifinales, pero realmente no es ésta la forma en que queríamos llegar.
Ahora tenemos que demostrar que no estamos acá de casualidad, que igual hubiésemos llegado si no fuera por las distintas situaciones fortuitas. Y tenemos que demostrarlo en la cancha el fin de semana que viene. ¡Hasta entonces!

Medallero:

Premio Maradona: July – Enjhu. Respondió cuando más lo necesitábamos. Sacó todo en los corner y tiros libres cuando nos bombardeaban buscando el empate.
Premio Chenemigo: Vacante. Fue tan corto que no puedo elegir a nadie
Premio Gandhi: Pablito. Nuevamente va para él. Cuando un rival puteaba a Bobi, Pablito fue y, pacifista como siempre, trató de separar.
Premio Terminator: Todo el otro equipo y el juez de línea. Todos los protagonistas de la batalla campal se merecen este premio. Una vergüenza.