Fepe55

Esta foto es de los MTV Movie Awards 2008, y las cuatro personas que ven aquí arriba me caen muy bien.
Primero está mi actor favorito, Will Smith, quien estuvo nominado a Mejor Actor, y por supuesto ganó, por su papel en I Am Legend.

Segunda, está la bella Ellen Page, quien alcanzó el pico de su fama hace un año nada más, cuando hizo de Juno, en la película del mismo nombre. Y es por esta película por la cuál fue nominada y ganó el pochoclo a Mejor Actriz.

Tercero está Jason Bateman, quien trabajó tanto con Ellen en Juno, como con Will en la próxima a estrenar Hancock, y se destacó en el pasado en películas como Fast Track (AKA The Ex), Smokin’ Aces, Dodgeball (el poco tiempo que estuvo) y en la vieja Teen Wolf Too; y en la serie Arrested Development.

Y último está el sorprendente Will Ferrell quien, salido de Saturday Night Live, llegó, en 2005, a ser el actor mejor pago del año, superando a figuras ya establecidas como el propio Will Smith, Johnny Depp, Tom Cruise, Brad Pitt y Denzel Washington entre otros (bah, entre todos).
Aunque acá en Argentina la mayoría de la gente no lo conozca y quienes lo ven no dan ni dos pesos por él, a mí me parece un muy buen actor, con papeles cómicos estupendos, y otros no tan cómicos, pero quizás aún mejores, como lo que hizo en Stranger Than Fiction (Más Extrañó Que La Ficción).

En fin, cuatro talentosos actores por quienes pagaría una entrada sin dudarlo (¡cómo me arrepiento de no haber ido a ver Juno al cine!).

Dicen que los títulos deben ser descriptivos, y no se me ocurrió nada mejor que eso.
El primero, el ecológico, cuyo título es The Story of Stuff (inglés para «La Historia De Las Cosas»), trata sobre el origen y el destino de las cosas de todos los días, de la producción de los objetos que usamos a diario. Muestra cómo nada nos dura, y cómo arruinamos el planeta fabricándolas. Suena medio pesado, pero se hace muy llevadero de la mano de Annie Leonard, quien nos guía durante las 5 principales etapas del proceso: La extracción de los materiales, la producción de los bienes, su comercialización y distribución, el ulterior consumo y, por último, la eliminación de los desechos.
Si quieren verlo en buena calidad, les recomiendo su sitio oficial, The Story of Stuff, sino, pueden verlo, con calidad de YouTube, en español o en inglés al final del post, junto al segundo que ya mismo paso a explicar brevemente.

Desde lo de Tinchio veo y le robo tomo prestado, un estupendo cortometraje, Big Buck Bunny, de la Fundación Blender, parte del Peach Open Movie Project.
Lo realizaron, en sólo siete meses, sólo siete personas. Incluyendo talentosísimos artistas 3D, y ya verán por qué lo digo cuando vean el video, que cuenta la historia de un conejo un poquito grande que se venga de tres personajes, que vendrían a ser los malos, pero que tienen esa ternura digna de un personaje de una película de Pixar.

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Los concursos son una buena forma de beneficiarse uno como creador ya que te traen visitas y enlaces, y de regalarles algo a los leales visitantes, gracias a quienes podemos hacer lo que hacemos, y quienes, mediante feedback nos ayudan a hacer el blog (o cualquier otro sitio) lo mejor posible.

Y es por esto que son cada vez más en la blogósfera, como, por ejemplo, el del Negro de QueTupe!, que sorteaba 40 Euros y que ganó ayer Rodo; y del que quiero hablar hoy, el de Tinchio, que consiste de dos partes, la primera, apunta a que le creen un isotipo, mientras que la segunda, más normal consiste en, simplemente, nombrar el concurso y automáticamente uno está participando. Bah, hay que cumplir una serie de reglas, como casi siempre, pero son sencillas. Las enuncio al final del post.

Lo que nos obsequia este fanático de la programación es, sumando los dos concursos, ni más ni menos que 90 dólares y dos lugares de publicidad por todo un mes valuados en 20 dólares cada uno. O sea, el regalo total es de 130 dólares.

La división es, para el primer concurso –el del isotipo– 40 dólares más un espacio de publicidad; y para el segundo, 50 dólares y el otro espacio de publicidad por los 30 días.

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Tung Desem Waringin, un motivational speaker (no sé cómo traducirlo) orador indonesio tiró, desde un avión, 100 millones Rupias, casi 35.000 pesos argentinos, para promocionar su nuevo libro.

Los arrojó sobre un estadio en Serang, cercano a Yakarta, la capital del país; y, como ven en la primera foto, la gente se volvió loca por el dinero.
No me van a decir que la idea no les recuerda a Arthur Fortune, de Los Simpsons.

Después de mostrarles algunos argentinos cuando sean viejos me encontré con esto en NPC y decidí que tenía que estar en Fepe55.

Es lo mismo –fotos de cómo se verían de viejos– sólo que con gente que jamás veremos si se llegan a convertir en eso, ya que los tres fallecieron jóvenes, especialmente los buenos.

Primero tenemos a Hitler, quien se suicidó a los 56 años al ver cómo llegaba al anunciado fin su reinado; luego a Marilyn Monroe (no confundirla con Albert Einstein), quién también se suicidó, o al menos esa es la teoría más fuerte, a sus jóvenes 36 años.
Por último, el estadounidense (sí, nació en San Francisco) maestro de las artes marciales, filósofo y actor Bruce Lee, quien nos dejó de una manera muy extraña que al día de hoy sigue siendo cuestionada, cuando solamente tenía 32 años.

Estas fotos son del artista (y físico) varsoviano Andrzej Dragan, y según su sitio son para una publicidad, si alguno sabe para cuál, avise.

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